No sé tú, pero yo no lo entiendo…
- Escrito por Marta San Román
¿Por qué algunos se empeñan en apuntalar las barreras que impiden mayor demanda de bombas de calor, en lugar de ayudar a superarlas?
- Sin mayor demanda, se resiente la industria de bombas de calor (empresas, fábricas, empleos), en un momento en el que estamos intentando impulsar la industrialización verde.
- Sin bombas de calor, no hay refrigeración ni aire acondicionado: se resiente la salud y la productividad, se resiente la calidad del aire interior y la capacidad de aprendizaje de los niños.
- Sin bombas de calor no hay transición energética completa posible. Así de sencillo, por mucho que se pretenda reinventar cifras, supuestos y análisis.
La cuota de mercado de bombas de calor en sistemas de calefacción aumenta. Sin embargo, España y Europa necesitan un incremento anual medio del 30% desde 2025 para alcanzar la cifra de 50 millones de bombas de calor para 2030.
La demanda llegará…
Las bombas de calor han llegado para quedarse. Sí, es una frase tópico-típica. El mercado se ha ralentizado –¿o simplemente no ha crecido tan deprisa como se pretendía?– debido a factores externos y a señales de alerta que lanzan algunas voces que parecen ignorar que las bombas de calor son parte de la solución, no del problema.
Los acelerones y frenazos en los programas de apoyo a las bombas de calor desde la UE provocan desconfianza en consumidores e inversores. Los precios de los combustibles fósiles están dopados y presentan una anomalía poco entendible, con menos cargas e impuestos. El factor de energía primaria, anacrónico y con una urgente necesidad de actualización que se base en datos prospectivos en lugar de obsoletos, limita absurdamente el cálculo del aporte de renovables del parque de bombas de calor.
Pero las cosas están cambiando…
… y cada vez quedan menos argumentos para los “apuntala-barreras” y a los agoreros.
La transición energética ya no va solo de renovables y eficiencia energética. El Clean Industrial Deal es una nueva era para las políticas relacionadas con las bombas de calor. Hablamos de Clean Tech Manufacturing, de asegurar el Mercado Único (ecodiseño, flexibilidad, refrigerantes), de la electrificación industrial, de la seguridad energética, de la accesibilidad económica a las tecnologías descarbonizadoras, y de un marco legislativo estable y previsible a largo plazo que nos devuelva a una “zona de confort” de certidumbre que facilite decisiones de inversión a las familias y a las empresas.
Una tarificación eléctrica justa y estable
El Sistema de Comercio de Emisiones o ETS2, parte del Pacto Verde europeo, que entrará en vigor a partir de enero de 2027 y que pondrá precio a las emisiones de carbono procedentes de la calefacción y el transporte, será uno de los grandes pilares de esa certidumbre legislativa para las bombas de calor, pues impondrá unas normas de juego justas para equilibrar la ratio del precio gas-electricidad y para una tarificación eléctrica justa y estable.
¿Y qué pasa con los colectivos vulnerables?
¿Cómo les va a afectar esta subida de costes a familias en pobreza energética? La idea es que el propio Sistema de Comercio de Emisiones 2 aporte hasta 65.000 millones de euros a nivel europeo a través del Fondo Social para el Clima para acelerar el despliegue de las bombas de calor y otras tecnologías limpias entre colectivos vulnerables.
Además, podemos ver luz en medio de la oscuridad
Me refiero lo ocurrido del pasado 28 de abril, que no fue sólo un fallo fue una llamada de atención, un recordatorio de que la electrificación sin resiliencia es un riesgo.
Mientras debatíamos sobre renovables, descarbonización y eficiencia, un fallo en la red nos recordó que la seguridad energética no es una preocupación futura: es una necesidad actual.
Y esta circunstancia enciende una luz a nuevas oportunidades:
- ¿Y si los propios edificios pudieran ayudar a la red a mantenerse estable?
- ¿Y si cada bomba de calor, cada control inteligente se convirtiera en parte de un sistema energético distribuido que nos defienda de este tipo de fallos?
Aquí la realidad, nuevamente, supera la ficción: esto ya está sucediendo. Las bombas de calor son activos de flexibilidad:
- Desplazan las cargas de forma dinámica.
- Almacenan energía térmicamente
- Apoyan el equilibrio de la red en tiempo real
- Capacitan a los edificios para que actúen como prosumidores de energía
Seguridad energética
La dependencia europea de los combustibles fósiles importados pone a los ciudadanos a merced de proveedores poco fiables y precios erráticos. Debemos llegar a una seguridad energética estratégica mediante soluciones de calefacción sostenibles, seguras, eficientes y de producción propia. Como dato, hasta el 73% de las bombas de calor instaladas en Europa se fabricaron en Europa.
Aprovecho para mencionar que AFEC es miembro de la junta directiva de EHPA – Asociación europea de bombas de calor. Desde EHPA hemos publicado un breve informe que destaca que si el 7% de los hogares europeos -unos 14 millones en total- cambiara su caldera de combustible fósil por una bomba de calor, se reducirían 13.000 millones de metros cúbicos de gas, lo que equivale a la cantidad que la UE importa de Rusia para calentar el hogar y el agua.
¿No parece mucho, verdad?
Europa contaba con unos 26 millones de bombas de calor domésticas a finales de 2024, sería aumentar un 55%. Estas bombas de calor evitarán ya 24.000 millones de metros cúbicos de gas (bcm=billion cubic meters) en 2024.
La Comisión Europea ha calculado que un mayor uso de las bombas de calor y una mayor eficiencia en los hogares podrían ahorrar 60.000 millones de euros (porque se evitarían importaciones de combustibles fósiles).
De aquí proviene el objetivo de la UE de alcanzar los 60 millones de bombas de calor para 2030: este despliegue de las bombas de calor impulsará a su vez la inversión en la fabricación y el empleo en Europa, haciéndonos más competitivos y apoyando el crecimiento de los 300 centros actuales de producción de bombas de calor y componentes, y de los más de 416.000 puestos de trabajo directos e indirectos.
KUDOS y olé
Ha llegado el momento de un reconocimiento firme y claro de las tecnologías y las personas que están en el corazón de la transición energética.
A quienes diseñáis, fabricáis, distribuís, especificáis, instaláis, mantenéis, prescribís, especificáis, formáis, certificáis, integráis... y COMUNICÁIS, gracias. Sin vosotros, no hay futuro sostenible.
Gracias, #HéroesDeLaTransiciónEnergética.
¡Y que la bomba de calor os acompañe!
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