La arquitectura bioclimática se puede definir como una corriente arquitectónica en la que los edificios se diseñan y construyen de forma integrada en el entorno con el objetivo de reducir su impacto en el medioambiente y a la vez garantizar el confort interior de los ocupantes con el menor consumo energético posible. Es como una interpretación avanzada de la arquitectura vernácula o autóctona que podemos encontrar en diferentes zonas climáticas del planeta.
La arquitectura nos protege del ambiente exterior proporcionando cobijo. Y en este sentido existe una relación estrecha entre el clima, la arquitectura y el ser humano que la arquitectura bioclimática pretende abordar, pero desde el equilibrio, y por lo tanto desde la sostenibilidad. Porque el clima condiciona las técnicas, los sistemas constructivos y los materiales a emplear y las estrategias de diseño pasivo a implementar, así como las necesidades energéticas de los edificios. Y en este sentido, la arquitectura bioclimática se sirve de los recursos disponibles en su entorno inmediato, para obtener de ellos el mayor aprovechamiento con la menor huella ambiental.