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Claves para entender el mercado del pellet en un contexto de incertidumbre

pellet mesa expobiomasaDurante la última edición de Expobiomasa, celebrada en Valladolid, se desarrolló una mesa redonda clave para entender la actualidad del mercado del pellet. Participaron en ella representantes de asociaciones nacionales y europeas como AVEBIOM, APROPELLETS, Bioenergy Europe y diversos clústeres regionales de la biomasa.

Todos coincidieron en una idea: el sector atraviesa un momento de reconfiguración, marcado por un invierno más frío y prolongado, el reajuste de stocks acumulados y la necesidad urgente de estabilidad normativa y apoyo institucional.

Los participantes:

  • Manolis Karampinis, Director, Business Development & Membership || General Manager
  • Bioenergy Europe || European Pellet Council
  • Pablo Rodero, Project Manager y Presidente de AVEBIOM || European Pellet Council
  • Roberto Bravo, Presidente APROPELLETS
  • Francisco Álvarez, Presidente del Clúster Biomasa de Galicia
  • David Pizà, Representante del Clúster Biomasa de Catalunya

Una campaña marcada por el reajuste

Pablo Rodero (AVEBIOM) abrió la mesa con una síntesis clara: "Venimos de dos inviernos suaves y este ha sido más frío, lo que ha dinamizado el mercado. Pero también había mucho stock en las fábricas, lo que ha obligado a regular la producción". David Pizà, desde el Clúster de Biomasa de Catalunya, apuntó que “los fabricantes hemos tenido que vender a precio de coste”, calificando el año como difícil, aunque con un final que permitió “acabar de bajar los stocks”.

Desde Galicia, Francisco Álvarez destacó que “ha sido un invierno largo y eso ha permitido ajustar la producción”, pero también alertó sobre el encarecimiento de la materia prima debido a restricciones regulatorias y plagas que afectan al pino. Roberto Bravo (APROPELLETS) resumió la situación: “Buscamos estabilidad. Cualquier anomalía como la del 2022 o los inviernos suaves son difíciles de gestionar”.

Manolis Karampinis (European Pellet Council) amplió la visión al contexto europeo, explicando que “el mercado del pellet siempre fue dependiente del clima, pero la crisis energética de 2022 provocó una compra masiva sin una demanda real. Eso generó sobrestocks que apenas ahora se están regularizando”.

Medidas para reactivar el sector

Los participantes coincidieron en la necesidad urgente de un marco político y normativo más favorable para la biomasa. Pablo Rodero (AVEBIOM) fue claro: “Más que ayudas, pedimos que no se pongan trabas. Las ayudas deben ser accesibles, no un mar de burocracia”. En su intervención recordó que “hace unos años se pusieron en marcha ayudas para la calefacción con biomasa que exigían rellenar informes complejos incluso para los usuarios domésticos, como calcular los gases de efecto invernadero ahorrados. Esto desincentiva al ciudadano medio”.

Francisco Álvarez, desde el Clúster de Biomasa de Galicia, presentó una hoja de ruta con medidas concretas. La primera: aplicar un IVA reducido para los productos de biomasa, similar al de otras tecnologías renovables, como ocurre en países del entorno europeo. “No pedimos privilegios, solo igualdad de trato”. También reclamó ayudas directas a la instalación de equipos eficientes, la inclusión de la biomasa como solución estandarizada en los Certificados de Ahorro Energético (CAE), y un programa nacional “adiós al gasóleo”, inspirado en los modelos ya implantados con éxito en Francia y Austria.

Además, propuso eliminar la bonificación al gasóleo de calefacción, que distorsiona el mercado, y visibilizar las instalaciones de biomasa en edificios públicos mediante señalización informativa. “En muchos edificios públicos se destaca cuánto CO₂ se ahorra gracias a una instalación fotovoltaica, pero no se menciona si se calientan con biomasa. Eso también es eficiencia energética y debe comunicarse”.

Otro punto clave fue la exigencia de igualdad normativa. “Hay instalaciones de los años 70 que siguen funcionando con gasóleo emitiendo sin control, mientras que a la biomasa se le exige cumplir normativas cada vez más estrictas”, señaló. En esa línea, se pidió que el cálculo de la huella de carbono tenga en cuenta el ciclo de vida completo de los equipos, algo que, según los ponentes, sigue sin aplicarse de forma justa entre tecnologías.

Roberto Bravo (APROPELLETS) sintetizó el sentir común del sector: “Necesitamos que las administraciones crean en una energía renovable, sostenible y local. En Europa no tenemos combustibles fósiles, pero sí tenemos madera. Es absurdo que importemos gas o petróleo cuando podríamos cubrir gran parte de la demanda térmica con un recurso autóctono y gestionable como el pellet”.

Por su parte, Manolis Karampinis (European Pellet Council) destacó el ejemplo de Austria como paradigma de éxito gracias a una política pública decidida. “El gobierno austriaco incentivó la instalación de calderas, llegando a cifras récord. En 2024 se instalaron más de 50.000 nuevas unidades. Eso genera una demanda interna estable y fortalece la industria local”. Añadió que sería deseable ver más liderazgo a nivel municipal en el reemplazo de combustibles fósiles por pellet en instalaciones públicas como escuelas o centros deportivos.

Electrificación y biomasa: ¿modelo complementario?

Uno de los debates más relevantes giró en torno a la electrificación del sistema energético. “No podemos poner todos los huevos en la misma cesta”, advirtió Rodero. “La biomasa no sobrecarga la red eléctrica y es gestionable. Podemos tirar de ella cuando queramos, a diferencia de otras renovables”.

Francisco Álvarez subrayó la necesidad de un “proyecto energético de país”, como en Francia, que ha optado por biomasa en zonas rurales, conscientes de que el 75% del consumo energético del hogar es calefacción. “Si todo se electrifica —coches, calefacción—, habrá problemas estructurales de red”, advirtió.

Desde Europa, Manolis reafirmó que “la electrificación es parte de la solución, pero necesita complementariedad”. Y puso como ejemplo a los países nórdicos, donde las bombas de calor conviven con sistemas de calefacción urbana alimentados por biomasa.

Retos normativos y percepción pública

Manolis detalló los desafíos legislativos que enfrenta el sector: “Tenemos directivas como la de ecodiseño o la de sostenibilidad que, si son demasiado estrictas, pueden bloquear el mercado. El riesgo no es que muera, sino que agonice lentamente”.

A nivel nacional, Pablo Rodero lamentó los bulos que circulan, como la supuesta prohibición de estufas de leña, y apuntó que “el usuario está desinformado y eso paraliza la decisión de compra”.

El sector también reconoció sus debilidades en comunicación. “En general el sector forestal comunica muy mal en particular el sector de la biomasa y el pellet”, admitió Bravo. “El precio del pellet subió, sí, pero mucho menos que el del gas o la electricidad. Sin embargo, parece que el impacto fue peor porque no supimos explicarlo bien”.

Balance de mercado y cifras clave

consolidación. Según los datos compartidos por Pablo Rodero, la producción nacional de pellet se situó en torno a las 750.000 toneladas en 2023, pero ha experimentado un descenso de entre el 15% y el 18% en el presente ejercicio, lo que dejaría la cifra actual en aproximadamente 630.000 toneladas. Esta caída se explica en parte por la necesidad de los fabricantes de dar salida a los altos niveles de stock acumulados tras campañas anteriores con baja demanda, derivada de inviernos especialmente suaves.

En contraste, el consumo interno se ha mantenido sólido. “Este año, aunque el invierno no ha sido extremadamente frío, sí ha sido largo y constante, lo que ha favorecido una demanda térmica sostenida”, explicó Rodero. Así, se estima que el consumo nacional ha rondado las 850.000 toneladas, lo que indica que el mercado interno ha absorbido más pellet del que se ha producido, reduciendo el sobrestock existente.

En cuanto al comercio exterior, España ha exportado cerca de 100.000 toneladas, principalmente hacia Francia e Italia. Sin embargo, este último mercado ha presentado signos de saturación. “Italia ha sido históricamente un gran comprador, pero este año ha absorbido los excedentes de otros países productores como Brasil, lo que ha dificultado la entrada del pellet español”, apuntó Roberto Bravo. Por otra parte, las importaciones, que tradicionalmente han rondado también las 100.000 toneladas procedentes de Portugal, se han reducido respecto a años anteriores.

En términos de precio, el pellet se mantiene como una de las fuentes de energía térmica más competitivas. El coste medio se sitúa en torno a los 7 céntimos de euro por kWh, lo que lo posiciona por debajo del gas natural (7-8 céntimos), el gasóleo de calefacción (9-10 céntimos) y la electricidad (por encima de los 20 céntimos). Incluso teniendo en cuenta el rendimiento estacional de tecnologías como la bomba de calor, el pellet sigue siendo una opción económicamente atractiva para los hogares, especialmente en entornos rurales.

Además, la base instalada de equipos en España refleja el crecimiento sostenido del sector en años anteriores. El parque actual ronda las 300.000 estufas y unas 10.000 calderas domésticas. Si bien las ventas han descendido desde el pico alcanzado en 2022 —cuando se llegaron a instalar hasta 50.000 estufas en un solo año—, el potencial de crecimiento sigue presente, especialmente si se acompaña de políticas públicas favorables y campañas de información al consumidor.

Conclusiones

La mesa del pellet dejó clara la resiliencia del sector ante escenarios climáticos y económicos adversos. Sin embargo, la viabilidad a largo plazo pasa por una mayor estabilidad normativa, una fiscalidad justa, y el reconocimiento del valor ambiental, económico y estratégico de la biomasa. En palabras de Bravo: “El monte, o se gestiona o arde. Mejor que esa combustión ocurra en una caldera eficiente que en un incendio descontrolado”. La biomasa no solo es energía; es gestión forestal, desarrollo local y sentido común energético.

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