Síndrome del edificio enfermo y calidad del aire interior
	
El Síndrome del Edificio Enfermo (SEE) o Sick Building Syndrome (SBS) en inglés es un concepto de difícil definición y que habitualmente se utiliza para para describir situaciones en las que los ocupantes de un edificio experimentan problemas de salud graves y/o molestias que parecen estar relacionadas con el tiempo que pasan en dicho espacio y cuya principal causa suele ser la gran cantidad de contaminantes de diversa procedencia que inciden directamente en una mala calidad del aire interior, y en consecuencia en la salubridad de los ocupantes del edificio.
 



						
La auditoría energética es un proceso de obtención de evidencias y posterior evaluación objetiva de las mismas. Una auditoría permite conocer el coste energético de una organización, caracterizando sus factores energéticos y permitiendo establecer las posibles oportunidades de ahorro.
La gestión energética consiste en la optimización del uso de la energía a través de procesos que beneficien la eficiencia energética. De esta forma se consiguen controlar y mejorar todos los parámetros que tienen relacionados con las buenas prácticas energéticas, así como la calidad y la seguridad en el transporte y el consumo de las mismas. Para entender mejor estos conceptos, en el artículo de hoy hablaremos de cuáles son los puntos clave en el diseño e implementación de un sistema de gestión energética para una organización.
Durante el pasado Congreso Internacional de Calidad del Aire Interior, celebrado en Madrid los días 22 y 23 de noviembre, una de las ponencias que más interés suscitó entre los asistentes fue la ofrecida por Mr. Ian Cull, ingeniero e higienista industrial, Vicepresidente de la AIQA (Indoor Air Quality Association) y dedicado a la formación en este ámbito desde hace más de 20 años.
Lo que nadie duda a estas alturas es del impacto tanto directo como indirecto que los edificios tienen sobre el medio ambiente. Durante su construcción, ocupación, renovación y demolición, los edificios utilizan energía, agua y materias primas, generan residuos y emiten emisiones atmosféricas potencialmente dañinas. Estos hechos han impulsado la creación de estándares de construcción sostenible y ecológica, certificaciones y sistemas de calificación destinados a mitigar el impacto de los edificios en el entorno natural a través del diseño sostenible.
Un edificio de consumo casi nulo (EECN) es aquel que cumple dos principios fundamentales. Por un lado, que su nivel de eficiencia energética sea muy alto y por otro lado, que la baja cantidad de energía requerida por el mismo, proceda en muy amplia medida de fuentes de energía renovable, bien producidas in situ o en su entorno. Así lo define actualmente el Real Decreto 235/2013, de 5 de abril. Esta definición no concreta los requisitos concretos que deben cumplir estos edificios en nuestro país. Para conocer la definición definitiva y los límites establecidos, debermos esperar a la actualización del CTE que llegará con retraso en 2019. 
						
