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Rehabilitación energética: Electrificar, digitalizar y optimizar para descarbonizar | Lupa Temática

lupa tematica descarbonizacion edificiosSe estima que más del 60% de las viviendas españolas tiene una calificación energética E o inferior, lo que significa que consumen mucha más energía de la necesaria para proporcionar confort térmico. A esto se suma que muchos sistemas de calefacción y refrigeración aún funcionan con tecnologías antiguas que utilizan combustibles fósiles, que no solo son menos eficientes, sino también contaminantes. 

La transición energética ya no es un objetivo lejano, sino una necesidad urgente, y la descarbonización del parque de edificios es un pilar esencial en este camino. Para definir esta ruta, hemos reunido a cuatro expertos del sector en una Lupa Temática impulsada por Eurofred para analizar, desde una perspectiva multidisciplinar, los retos y soluciones en materia de rehabilitación energética.

Participan en este reportaje: 

  • José López. Product Manager de Eurofred para sistemas de aerotermia e industriales
  • Alberto Gutiérrez. Responsable canal electricistas de Schneider Electric
  • Javier Hernanz. CEO de JHV AEROTERMIA Y GEOTERMIA SLU. Emprendedor en energías aerotermia y geotermia.
  • Javier Alonso. CEO en ATANGA, expertos en innovación arquitectónica

El estado del parque inmobiliario español evidencia un problema estructural: la mayoría de los edificios residenciales fueron construidos antes de la entrada en vigor de normativas energéticas exigentes, lo que los convierte en infraestructuras ineficientes y altamente contaminantes.  “Creo que el 60% de las viviendas tienen clase energética E o inferior”, apuntó José López, de Eurofred. “Son edificios muy antiguos, con un consumo desproporcionado de energía primaria”. Esta ineficiencia estructural no solo repercute en las emisiones, sino también en el bolsillo de los usuarios, en un contexto de costes energéticos al alza.

Si quieres saber más sobre las soluciones de aerotermia de Eurofred, haz clic en:
Eurofred logo
www.eurofred.com/es

Este panorama supone, paradójicamente, una gran oportunidad. En los últimos años se ha duplicado el número de proyectos de rehabilitación visados, impulsados tanto por ayudas públicas como por un aumento de la conciencia ciudadana.  Javier Alonso añadió que esta conciencia ha cambiado notablemente en los últimos años: “Antes nadie preguntaba por el consumo energético de su casa; hoy es lo primero que se consulta, tanto en obra nueva como en rehabilitación”. Un cambio de mentalidad que, según el arquitecto, ha sido impulsado más por el ahorro económico que por la conciencia climática, aunque ambos factores empiezan a ir de la mano.

El crecimiento de la rehabilitación también es evidente. “En los últimos cinco años se han duplicado los proyectos de rehabilitación visados”, aseguró Alonso. “Antes se valoraba más una escalera de diseño o un ventanal gigante; ahora la prioridad es cuánto consume mi casa y cuánto puedo ahorrar”. La eficiencia ha entrado definitivamente en el radar de ciudadanos y promotores.

Normativa exigente, pero aún poco armonizada

La normativa energética ha evolucionado para impulsar esta transformación. El Código Técnico de la Edificación (CTE) ha endurecido los límites de consumo permitidos. “Si ves la evolución del documento básico HE0 desde 2007 hasta 2019, el umbral de consumo se ha reducido drásticamente”, explicó José López. “Incluso hay fragmentos que beben directamente del concepto de nZEB”.

Sin embargo, la falta de coordinación entre normativas sigue siendo un escollo. “Hay ocasiones en que el RITE te dice una cosa y el CTE otra. Y esto, para los proyectistas, es un problema serio”, señaló Javier Alonso. “A veces, ni siquiera hay productos en el mercado que cumplan todos los requisitos, o se disparan los costes de ejecución”. La armonización normativa sigue siendo una tarea pendiente.

Los expertos coincidieron en que los edificios deben ser más eficientes, pero también que el marco normativo debe adaptarse a la realidad de los proyectos. “Las normativas deben permitir la flexibilidad tecnológica”, apuntó López, refiriéndose a la evolución que permitió sustituir paneles solares térmicos por otras renovables como la aerotermia. “Ahí fue donde esta tecnología empezó a despegar”.

Los expertos también coincidieron en que las exigencias normativas deberían ir acompañadas de estabilidad institucional. Programas de ayudas que se agotan en pocos días o convocatorias puntuales generan desconfianza entre los profesionales y dificultan la continuidad de los proyectos. Para que la normativa cumpla su función, debe ser coherente, previsible y acompañada de recursos que permitan su implementación, especialmente en el caso de la rehabilitación, donde cada edificio presenta condicionantes únicos.

Aerotermia y renovables: del impulso normativo al interés ciudadano

Las tecnologías renovables, y en particular las bombas de calor, han ganado un espacio importante tanto en obra nueva como en rehabilitación. La aerotermia se ha consolidado como una solución eficiente, sostenible y económicamente viable en muchos casos. Aunque su implantación es casi total en la vivienda de nueva construcción —con más del 90% de penetración según los datos de Eurofred—, en el ámbito de la rehabilitación todavía encuentra barreras relacionadas con el coste inicial y la complejidad de integración en infraestructuras existentes.

A pesar de esas barreras, el cambio de mentalidad del consumidor es palpable. Como explicó el instalador Javier Hernanz, las subvenciones han sido decisivas para que muchos particulares opten por renovar sus equipos tradicionales con soluciones basadas en aerotermia. “Ya no recuerdo la última vez que instalé una caldera de gas”, confesó Javier Hernanz. “Ahora todo el mundo pregunta por bombas de calor, por geotermia, por aerotermia... la gente ya lo tiene en mente”.  Los clientes ya llegan con información: conocen la tecnología, preguntan por sus ventajas y están dispuestos a invertir si comprueban que la amortización es real. Las ayudas fiscales, las deducciones en el IRPF o las líneas específicas de los gobiernos autonómicos están jugando un papel cada vez más relevante. Una muestra clara de cómo la demanda se está alineando con las tecnologías sostenibles.

En rehabilitación, sin embargo, la adopción de soluciones renovables exige un planteamiento más global. Ya no se trata solo de sustituir una caldera, sino de actuar sobre el conjunto del edificio: mejorar el aislamiento, cambiar ventanas, optimizar el sistema de distribución térmica, e incluso incorporar domótica. Todo ello forma parte de un ecosistema que debe estar bien coordinado para que la inversión sea rentable y sostenible. La buena noticia es que las renovables han dejado de ser un “lujo” y comienzan a percibirse como la opción lógica y necesaria.

Aerotermia centralizada: eficiencia para la vivienda colectiva

La aerotermia centralizada representa una de las grandes promesas para la rehabilitación de edificios de viviendas colectivas. A diferencia de las instalaciones individuales, permite optimizar los recursos energéticos gracias a la simultaneidad de usos, reducir el número de equipos visibles en fachada y minimizar las molestias acústicas dentro de cada vivienda. Además, facilita el mantenimiento y mejora la eficiencia del sistema, lo que la convierte en una opción muy atractiva desde el punto de vista técnico y económico. “Tenemos muchos proyectos en vivienda pública con sistemas centralizados y resultados muy buenos”, comentó Javier Alonso. 

Pese a estas ventajas, su implantación real en proyectos de rehabilitación todavía es escasa. Las razones son diversas: desde la necesidad de contar con una sala técnica de gran tamaño para albergar acumuladores, hasta la complejidad de intervenir en edificios existentes con restricciones en patios, cubiertas o zonas comunes. “En rehabilitación, a veces hay que montar el acumulador dentro del edificio porque no entra por ningún sitio”, señalaron desde Eurofred. Además, hay que tener en cuenta normativas como la de prevención contra la legionela, que aunque no aplica a residencial, influye en el diseño de los sistemas.

También existe cierta reticencia por parte de las comunidades de propietarios, que tienden a actuar solo cuando se produce una avería o una necesidad urgente. Como señalaron los expertos, falta todavía esa “doble pirueta” que combine conciencia, planificación y apoyo técnico.

Uno de los elementos clave para el despegue de la aerotermia centralizada es la gestión del consumo individual. Alberto Gutiérrez destacó la importancia de contar con contadores energéticos y plataformas digitales que permitan a cada vecino conocer su consumo y asumir su coste de forma justa. Esta individualización no solo facilita el reparto de gastos, sino que también promueve un uso más racional de la energía. Si la aerotermia centralizada se combina con herramientas de digitalización, puede convertirse en un modelo de referencia para la vivienda colectiva del siglo XXI.

El instalador: pieza clave en la transición energética

El proceso de descarbonización de los edificios requiere de profesionales altamente cualificados capaces de ejecutar instalaciones complejas con garantías. En este contexto, la figura del instalador está experimentando una profunda transformación. Ya no basta con conocimientos básicos de fontanería o electricidad: hoy en día, el instalador debe manejar hidráulica, electrónica, programación, sistemas digitales y eficiencia energética. Desde Schneider Electric han acuñado el término “instalador 4.0” para referirse a estos nuevos perfiles.

La realidad, sin embargo, muestra una gran diversidad. Existen instaladores muy formados, familiarizados con los nuevos sistemas y apasionados por la innovación, pero también perfiles que siguen anclados en prácticas tradicionales. El relevo generacional es uno de los grandes retos del sector: no solo faltan profesionales jóvenes, sino que muchos de los que se incorporan necesitan una formación técnica que no siempre encuentran fácilmente. De ahí la importancia de iniciativas como las academias digitales que promueven fabricantes como Eurofred o Schneider Electric.

Además, como apuntó Javier Alonso, está surgiendo la necesidad de una nueva figura profesional: el coordinador de instalaciones. Este perfil actuaría como nexo entre el proyectista, los fabricantes, los instaladores y el cliente final, garantizando la compatibilidad de los sistemas y la correcta ejecución de la obra. Su existencia podría evitar muchos de los problemas que hoy surgen por falta de coordinación entre distintos gremios. En un mundo donde las instalaciones son cada vez más sofisticadas, esta figura puede ser clave para asegurar el éxito de los proyectos.

Digitalización: el gran olvidado que lo puede cambiar todo

Uno de los mensajes más contundentes del coloquio fue la necesidad de integrar la digitalización como un eje central de la rehabilitación energética. Automatizar el uso de la energía, gestionar el consumo en tiempo real y disponer de información precisa son factores que pueden marcar la diferencia entre una instalación eficiente y otra ineficiente. Según Schneider Electric, el 25% del potencial de descarbonización está vinculado a la digitalización, un dato que muchas veces pasa desapercibido en los planes normativos.

La tecnología ya permite a los usuarios monitorizar sus consumos, ajustar su comportamiento energético y maximizar el rendimiento de sus sistemas de climatización. A través de apps, sensores inteligentes o plataformas en la nube, los edificios se convierten en organismos inteligentes capaces de adaptarse a las condiciones climáticas, la ocupación o las tarifas eléctricas. Esta inteligencia es clave para reducir el consumo sin renunciar al confort, y para que los usuarios se impliquen activamente en la gestión energética de su vivienda.

“Hoy puedes tener una app que gestione tu bomba de calor y optimice su funcionamiento según la tarifa eléctrica, la temperatura exterior o tus hábitos de uso”, añadió José López. Todos los equipos de Eurofred incorporan ahora conectividad Wi-Fi de serie. Pero aún queda camino para que estas tecnologías se masifiquen en rehabilitación.

Sin embargo, esta revolución digital aún no se ha extendido de forma generalizada. Falta formación, pero también cultura energética. Los expertos alertaron sobre la necesidad de proteger los datos, garantizar la privacidad y evitar que la digitalización quede en manos de unos pocos actores.  Alonso apuntó  al valor de los datos: “La información que generan las comunidades podría ser útil para gestionar la red eléctrica, prever picos de demanda o incluso alimentar políticas públicas”. Una visión aún incipiente, pero que muestra el potencial transformador de los datos energéticos bien gestionados.

Claves para avanzar: electrificar, digitalizar y optimizar

Para que la rehabilitación energética se convierta en una realidad generalizada, es necesario actuar sobre varios frentes de forma coordinada. La administración pública debe jugar un papel facilitador: normativas claras, ayudas estables y campañas de concienciación ciudadana que acerquen la sostenibilidad al día a día de los ciudadanos. Las subvenciones son eficaces, pero deben tener continuidad, simplicidad en su tramitación y adaptarse a la realidad de los edificios y sus propietarios. 

“La administración debe informar mejor al usuario, facilitar el acceso a ayudas y diseñar programas más estables en el tiempo”, indicó José López. “No puede ser que las subvenciones se acaben en 20 días”.

El sector privado también tiene responsabilidades. Los fabricantes deben seguir desarrollando soluciones tecnológicas más asequibles y adaptadas a las condiciones reales de los proyectos de rehabilitación. “Un mal proyecto o una mala instalación daña la imagen de todo el sector”, alertó López. “Por eso lanzamos Eurofred Academy, para capacitar a los profesionales con rigor técnico y visión de futuro”. Un mensaje en el que coincidió Javier Hernanz: “Falta control sobre las instalaciones una vez ejecutadas. Se hacen rápido, sin optimizar, y eso va en contra del rendimiento”.

La formación de instaladores, la creación de ecosistemas de colaboración entre marcas y profesionales, y la apuesta por herramientas digitales son estrategias fundamentales para garantizar una implementación de calidad. La eficiencia debe dejar de ser un privilegio y convertirse en un estándar accesible.

Finalmente, es imprescindible implicar al usuario final. La ciudadanía tiene que estar informada, entender el impacto de sus decisiones y sentirse parte de la solución. Tal y como se apuntó en el coloquio, más de la mitad del potencial de descarbonización está en el lado de la demanda. Electrificar, digitalizar, optimizar: estas son las claves. Pero nada de esto será posible si no hay una visión colectiva y compartida que sitúe la rehabilitación energética en el centro de nuestras prioridades.

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Modificado por última vez enMartes, 01 Julio 2025 08:47

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