La quinta edición del Congreso AISLA, el punto de encuentro de los instaladores de aislamiento térmico, acústico, impermeabilización y protección pasiva contra el fuego se celebró el pasado 5 de junio en Madrid. Con el objetivo de convertirse en un foro de debate y de experiencias compartidas, se dedicó una de las mesas redondas  a un problema que preocupa —y ocupa— cada vez más al sector: la escasez de mano de obra cualificada. Bajo el título “Falta de mano de obra: propuestas reales para un problema urgente”, el debate reunió a voces expertas como Blanca Gómez (directora de CNI), Maite Ruffo (directora de Caloryfrio.com), Isabel Cid, orientadora de Brújula Mentor FP de la Comunidad de Madrid y Gonzalo Rodríguez-Carmona, presidente de Territorio Emprendimiento.

La conclusión fue clara: no hay soluciones mágicas, pero sí caminos posibles. Caminos que implican compromiso colectivo, políticas activas, formación práctica y una transformación profunda en la forma en que comunicamos y valoramos los oficios en la construcción. 

• Un problema estructural... que se puede transformar
• Comunicación estratégica: la profesión necesita dignificación
• Industrialización y nuevos perfiles: oportunidad, no amenaza
• Medidas concretas que se pueden activar ya
• Una mirada experta: más allá del diagnóstico
• El momento es ahora

Un problema estructural... que se puede transformar 

La falta de profesionales no es un fenómeno nuevo, pero se ha agravado en los últimos años por varios factores. A lo largo del debate se apuntaron varios: la imagen poco atractiva del sector entre los jóvenes, la gran competencia que suponen sectores considerados tecnológicos y más atractivos, la burocracia excesiva en la contratación de personal extranjero o la pérdida de talento por la falta de reconocimiento o las condiciones laborales.

En la presentación de la mesa, Álvaro Pimentel, secretario general de AISLA, manifestó que “la buena noticia es que hay margen de mejora, si bien no existen las soluciones inmediatas”.

Comunicación estratégica: la profesión necesita dignificación 

Maite Ruffo, directora de Caloryfrio.com, compartió su experiencia al frente de la campaña #ComunidadInstalador®, con más de cinco millones de impactos a lo largo de cinco años:

“Puede que no resuelva la situación europea, pero sí contribuye a mostrar al instalador como alguien esencial para el confort, la seguridad y el bienestar de los hogares”. Para Ruffo, la clave está en el relato: “¿Por qué un bombero es un héroe? Porque nos fijamos en lo que hace, no con qué lo hace. Nadie mira el medio de extinción. Necesitamos comunicar que ser instalador también es una labor esencial y admirable”.

Y no solo hacia fuera. “Hay que dirigir la comunicación a jóvenes, a mujeres, a parados, a migrantes… y también a nosotros mismos. Tenemos que empezar  a creérnoslo y a valorarnos”, concluyó.

En este contexto, la campaña #ComunidadInstalador® cobra una relevancia especial, con el foco en poner en valor la figura del instalador profesional a través de contenidos divulgativos, entrevistas, reportajes y acciones de visibilización en medios y redes. El objetivo: mostrar que los instaladores no solo son imprescindibles para el confort y la eficiencia de nuestros hogares, sino también profesionales altamente cualificados cuya labor merece reconocimiento, proyección y orgullo de pertenencia.

Industrialización y nuevos perfiles: oportunidad, no amenaza 

Uno de los puntos más controvertidos fue el papel de la construcción industrializada. ¿Supondrá la eliminación de puestos de trabajo? ¿Cambiará el perfil profesional?

En palabras de Gonzalo Rodríguez-Carmona, “depende; la industrialización es el futuro, pero también exige trabajadores más cualificados, con nuevas competencias”.

Se concluyó que, lejos de ser un escollo para el empleo, el nuevo modelo puede convertirse en una oportunidad para actualizar la formación y atraer nuevos perfiles con mayor estabilidad y mejores condiciones.

Medidas concretas que se pueden activar ya 

Desde la mesa se propusieron varias acciones realistas para empezar a revertir esta situación de falta de mano de obra en el mundo de la instalación, como las siguientes:

• Acercar a las empresas a la FP.
• Usar las bolsas de empleo de los centros formativos.
• Fomentar la contratación en alternancia o en origen.
• Recuperar profesionales de otros sectores con formación adaptada.
• Humanizar y visibilizar el oficio técnico como un camino profesional digno.
  
  

Blanca Gómez puso un ejemplo revelador: “en España, que es el país con más ascensores por habitante, faltan técnicos de mantenimiento. Desde CNI estamos formando en origen, como en Perú, para cubrir esta demanda”.

Una mirada experta: más allá del diagnóstico 

A petición de este medio, Blanca Gómez ha enumerado algunas claves adicionales que conviene tener muy presentes: “La burocracia impide contratar migrantes. Necesitamos cambiar radicalmente cómo hablamos y atraemos a los jóvenes. Las nuevas tecnologías y la construcción industrializada reducirán la mano de obra, pero ésta será hiper-cualificada. También debemos explorar nuevos nichos, como profesionales despedidos con más de 50 años que podrían reorientar su carrera hacia el sector”.

Además, ha señalado una oportunidad compleja que se avecina: “La nueva plataforma europea de contratación ‘Talent Pool’ pondrá en contacto a empresas europeas con candidatos de todo el mundo. Puede ser una herramienta útil… pero también un arma de doble filo si termina llevándose a nuestros mejores profesionales”.

Y concluye con una reflexión que resume el espíritu de la mesa: “No hay una única solución mágica. El cambio real ocurre empresa por empresa”. Este enfoque recuerda que el verdadero reto no es solo estructural, sino cultural y relacional. Cada empresa tiene margen de actuación si decide asumir su papel como agente de cambio.

El momento es ahora 

En un contexto de urgencia climática y necesidad de rehabilitación energética masiva, sin instaladores profesionales no hay transición posible. El debate en el 5º Congreso de Instaladores AISLA deja una cosa clara: el reto es mayúsculo, pero las ideas y las ganas están. Ahora toca pasar de la conversación a la acción.