La inercia térmica de los materiales de construcción
La inercia térmica de los materiales de construcción consiste en su capacidad para almacenar calor y, por tanto, para cambiar su temperatura en un tiempo determinado. Es una propiedad que, bien aprovechada, puede servir como estrategia pasiva para estabilizar la temperatura en los espacios interiores, ahorrando el uso de sistemas mecánicos de apoyo. La inercia térmica es una propiedad física clave a la hora de trabajar la eficiencia energética de las edificaciones. Así, los materiales de gran inercia térmica necesitan mucha cantidad de energía para que se eleve su temperatura.
En resumen, es una medida pasiva que permite ahorrar en consumo de energía en calefacción e incluso en refrigeración, favoreciendo una temperatura estable y confortable en el interior de la edificación a lo largo de todo el día. Pero, para entender qué es la inercia térmica de los materiales de construcción y de qué depende su aprovechamiento, tenemos que tener en cuenta ciertos factores.




En un elevado porcentaje de edificios se necesitan ingentes cantidades de energía para mantener el interior de los edificios en unas condiciones óptimas de temperatura, y se hace imprescindible renovar nuestros edificios para hacerlos más eficientes y así poder reducir demanda energética y por lo tanto la factura energética.
La ventilación no solo es fundamental en edificios de nueva construcción bien aislados, en los que, al no existir fugas, el aire ya no penetra desde el exterior y el aire del interior se estanca. También es importante en edificios existentes.
SODECA presenta nuevas soluciones aplicadas a cocinas profesionales con un claro compromiso y respeto medioambiental para eliminar las partículas en suspensión, evitando que la suciedad en el aire se disperse también a lugares próximos a la zona de trabajo.
A finales de 2021, coincidiendo con la última ola de contagios del Coronavirus, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un informe sobre el papel de la ventilación y el aire acondicionado en la transmisión de la enfermedad en el que destacó la importancia de mejorar la ventilación interior de los edificios para reducir la propagación.
En España hay cerca de 10 millones de viviendas susceptibles de ser rehabilitadas, la gran mayoría construidas hace más de 40 años y con importantes carencias en materia de eficiencia energética. Su renovación es clave para cumplir con los objetivos de reducción de emisiones de GEI fijados desde Bruselas, pero también para impulsar la recuperación y lograr la transición hacia una economía circular.

