
Muy a principios de año, en el marco del
encuentro ESCO Europe 2014, Timothy Unruh, director de la Federal Energy Management Program (FEMP) en la Office of Energy Efficiency and Renewable Energy (EERE) para el U.S. Department of Energy’s (DOE), se preguntaba sobre los inconvenientes para que el Sur de Europa no esté a la cabeza en la implementación de
infraestructuras basadas en la eficiencia energética y el aprovechamiento de las fuentes de energía renovables gozando como goza de recursos naturales suficientes para ello, y siendo de dominio público las oportunidades de negocio que genera la tan necesaria
transición energética. Aquello, explicaba, le sorprendía, sobre todo teniendo en cuenta – porque así le constaba – el enorme esfuerzo que se estaba llevando a cabo desde la Unión Europea para disminuir en lo máximo posible su dependencia energética, y estando el 20 20 20 a la vuelta de la esquina.