Tres estrategias de construcción para el siglo XXI: Espacios mínimos, energéticos y renovables
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El precio de la vivienda en España no para de crecer. De hecho, parece ser que este crecimiento del precio del metro cuadrado ha sido continuado desde 2021. En 2023 la subida fue del 5,3% para la vivienda libre. Y en este contexto en el que cada metro cuadrado cuenta, surgen ideas, experimentos y proyectos muy interesantes, que nos invitan a analizar y reflexionar ¿Es posible optimizar el espacio mínimo sin que por ello tengamos que renunciar al confort, a la habitabilidad, a la eficiencia energética y a la renovación de lo construido y además con el menor impacto en el medioambiente?




La inercia térmica de los materiales de construcción consiste en su capacidad para almacenar calor y, por tanto, para cambiar su temperatura en un tiempo determinado. Es una propiedad que, bien aprovechada, puede servir como estrategia pasiva para estabilizar la temperatura en los espacios interiores, ahorrando el uso de sistemas mecánicos de apoyo. La inercia térmica es una propiedad física clave a la hora de trabajar la eficiencia energética de las edificaciones. Así, los materiales de gran inercia térmica necesitan mucha cantidad de energía para que se eleve su temperatura.

