Consejos para entender la etiqueta energética del aire acondicionado
- Escrito por María Domínguez
Como equipo que consume energía, el aire acondicionado debe comercializarse junto con su correspondiente etiqueta energética. El etiquetado beneficia al consumidor, porque le permite comparar la eficiencia energética y el nivel de consumo entre varios equipos y modelos de distintos fabricantes.
Entender la etiqueta energética del aire acondicionado no es difícil. Este documento que acompaña a cada equipo ofrece información sobre los aspectos que influirán en el consumo final del aparato, como son:
Clasificación energética
Se comenzó con una escala de colores y letras desde A+++ hasta la G y del verde al rojo para medir la eficiencia energética del aparato de forma visual. Con la simplificación de la clasificación energética, activada desde marzo del 2021 según el Reglamento europeo 2017/1369, se ha pasado a mostrar una escala de valoración de la A a la G, siendo A el equipo más eficiente y G el menos.
Al imponer requisitos más estrictos, se incentiva la mejora de la eficiencia. Según la Comisión Europea, con la introducción de este nuevo sistema los ahorros pueden alcanzar los 200 TWh (teravatios-hora) o 200.000 millones de KWh de energía, el equivalente al consumo energético anual de los países bálticos (Estonia + Letonia + Lituania). Además, al simplificar el etiquetado se pretende una mejor comprensión por parte del consumidor
final. Según el tipo de electrodoméstico, estas nuevas etiquetas energéticas también incluyen datos como el agua empleada, la capacidad de almacenamiento o el ruido.
Pero hay que tener en cuenta que no cambia solo la letra de la etiqueta. Con la nueva normativa también se cambia la forma de cálculo, por lo que no hay correspondencia directa entre las etiquetas antiguas y las actuales.
Factor de eficiencia energética estacional
Se trata de los indicadores de eficiencia energética del aparato: SEER para modo frío y SCOP si hablamos de una bomba de calor trabajando en modo calefacción. Este número que ofrece la etiqueta energética nos informa sobre el mejor o peor rendimiento estacional del aparato, calculado en un laboratorio de pruebas para la demanda anual de refrigeración (SEER) o de calefacción (SCOP), determinada por unas condiciones climáticas específicas.
Datos de consumo
La etiqueta muestra por una parte la carga de diseño en KW y por otra una estimación del consumo anual de energía en KWh al año que gastará el aparato.
Nivel sonoro (dB)
La importancia de un nivel sonoro bajo para garantizar el confort al climatizar con aire acondicionado y bombas de calor también se refleja en la etiqueta energética que muestra dos datos: los decibelios (dB) de la unidad interior y de la unidad exterior.
Zonas geográficas en el modo calefacción
Los datos anteriores, que muestran tanto el consumo como el rendimiento del aparato, variarán según la zona climática en la que vivamos si usamos el aire acondicionado en modo calefacción. Por ese motivo, la etiqueta energética muestra un mapa de Europa con las tres zonas climáticas marcadas en diferentes colores.
Ten en cuenta que tanto la potencia como la clasificación energética influyen directamente en el consumo energético del equipo. Un equipo de alta eficiencia energética, tipo A puede llegar a reducir en un 30% el consumo de energía. Además, la tecnología que incorpora permite variar la capacidad del equipo en todo momento y ajustar la potencia a la temperatura deseada de una forma más rápida y eficiente.
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