Vivienda saludable: los materiales y la calidad del aire
La EPA (Agencia de Protección Medioambiental) de Estados Unidos estima que el aire en nuestras viviendas está de 2 a 5 veces más contaminado que el aire exterior. Después de tantos días de confinamiento, seguramente nos hemos dado cuenta de esto, y de la importancia de vivir en un ambiente saludable. Nos ha dado la oportunidad de redescubrir nuestro hogar, reflexionar sobre su habitabilidad y cómo mejorarla.
Entender cuáles son las condiciones ambientales interiores optimas es la clave para mantener la salubridad en nuestra vivienda. Estas se traducen en una temperatura de confort adecuada (entre 20ºC – 25ºC), una humedad relativa entre 40% – 60%, y temperaturas superficiales ≤ 3ºC de la temperatura del aire interior. Con una temperatura del aire de 20ºC y una humedad relativa del 50 %, las superficiales interiores tienen que estar ≥ 13 ºC para evitar el crecimiento de moho y microrganismos, y ≥ 9 ºC para evitar una condensación superficial. Por último, es esencial una buena calidad del aire interior.




A menudo se realizan obras de rehabilitación de gran presupuesto sin conocer el funcionamiento real del edificio o analizar los consumos reales de sus instalaciones. Esto es precisamente lo que puede solucionar una auditoría energética, antes de iniciar cualquier obra o proyecto en los edificios: saber en detalle cuánta energía se gasta, dónde y quizás lo más importante: cuánto cuesta. Sólo de esta manera se puede asegurar que una obra es realmente necesaria y centrada en los problemas reales de forma eficiente.
La vivienda desde el inicio de la arquitectura es objeto de reflexión, readaptación y siempre ha sido objeto de experimento, por lo que podría concluir este artículo en este punto, ya que sobre vivienda está todo escrito. No obstante, quería expresar algunas inquietudes que tengo sobre su futura adaptación y la necesidad de adecuar las normativas.
La filtración eficiente del aire exterior no es suficiente cuando el aire está contaminado en el interior. Y lo está. Muchas de las partículas dañinas del mundo actual son contaminantes comunes del aire interior como formaldehído, bacterias, virus, hongos y diversos compuestos orgánicos volátiles. De hecho, el aire en el interior puede estar aún más contaminado que el aire en una calle de una ciudad. Cada año, el aire interior de mala calidad es causante de días o semanas de baja por enfermedad debido a dolores de cabeza, asma y alergias..jpg)

