¿Qué tipo de caldera de gas es mejor?
La caldera de gas es el sistema de producción de calor más utilizado por las familias españolas tanto para la generación de calefacción como para la producción de agua caliente. Así, según el Panel de hogares de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), más del 30% de los hogares españoles lo emplean. La razón principal es que las calderas de gas son eficientes, el suministro de gas natural en las ciudades es sencillo y su precio resulta competitivo.
Hace años se comercializaban en el mercado calderas de gas de distintos tipo: estancas, atmosféricas (hoy en día prohibidas) y, más tarde, ya aparecieron las calderas de condensación, también llamadas calderas a baja temperatura. En este artículo vamos a repasar los factores clave para saber qué tipo de caldera de gas es mejor para nuestro hogar.




Los últimos años y los cambios normativos en el Código Técnico de la Edificación empujan cada vez más a la instalación de soluciones de climatización que utilicen fuentes renovables de energía para su funcionamiento. Las
Las calderas de condensación han demostrado ser el sistema más eficiente para
Igual que cada proyecto de cada vivienda tiene unos requerimientos particulares que exigen la mejor elección de los materiales e instalaciones, también los profesionales que los ejecutan necesitan un tratamiento personalizado y adaptado a sus necesidades como empresa.
La conocida organización de consumidores y usuarios (OCU) ha publicado en su revista de octubre 2021 un análisis comparativo entre 10 modelos de calderas de condensación a gas. El citado análisis ha valorado el funcionamiento de las 10 calderas de gas siguiendo como criterios de puntuación su precio de venta, su coste anual: consumo+amortización, potencia nominal, funcionamiento en modo calefacción, funcionamiento en calentamiento agua, consumo eléctrico, confort en agua caliente y otros factores como el nivel de emisiones, ruido y seguridad.
La demanda energética en las viviendas cambia a medida que mejoran las técnicas de construcción y la calidad de vida de la población. En los últimos años, se ve el notable incremento en la calidad de los aislamientos en la construcción lleva aparejada una disminución de la demanda de calefacción. Por otra parte, los cambios en e estilo de vida y en los hábitos de consumo e higiene de los ciudadanos han aumentado notablemente la demanda de agua caliente sanitaria. Los consumidores reclaman sistemas eficientes, de bajo consumo, y que disminuyan la presión sobre el medio ambiente.
