Reforma de un piso con certificado Passivhaus ¿Es posible?
- Escrito por Miren Rivas
En España tenemos un importante parque inmobiliario que se construyó sin ningún tipo de aislamiento térmico con el boom de los años 70 y 80 (y anteriores). Por esta razón, estos edificios pierden mucho calor: a través de las ventanas, de las cajas de persiana, del tejado, de las fachadas, de los suelos, incluso a través de los enchufes entra aire frío de la calle. Esto obliga a un consumo de energía muy alto para mantener las viviendas calientes y conseguir un buen nivel de confort. En muchas viviendas, ni siquiera poniendo la calefacción al máximo se consigue una temperatura confortable.
Con la crisis energética que estamos atravesando y el aumento del coste de la energía, cada vez más hogares se están empezando a plantear la manera de reducir la factura energética. La energía más barata es la que no se consume, por lo que la reforma de estos edificios, de manera que reduzcan drásticamente su consumo energético y ganen en confort, se hace realmente necesaria.
Para demostrar que se puede realizar una reforma de un piso que consiga ahorrar más del 70% de la factura energética, tras estudiar el sistema Passivhaus y obtener el título Passivhaus Designer y Tradesperson, me decidí a reformar mi propia vivienda según este sistema, para poder vivir en primera persona tanto la obra como el resultado final.
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El edificio en el que se encuentra la vivienda se construyó en el año 1.974 con los sistemas constructivos del momento: estructura de hormigón armado y fachada de ladrillo caravista, sin ningún tipo de aislamiento. Es decir, uno de tantos edificios de nuestro país con una calidad constructiva muy mejorable.
Como tenía claro que quería una reforma integral, no hubo que andar con contemplaciones: se derribó tanto la tabiquería interior como el suelo y construí una “caja aislada” dentro del piso. Dado que era mi propia vivienda, me decidí a certificarla con el sistema Passivhaus, de manera que primero tuve que hacer el proyecto de reforma EnerPHit (que es el estándar Passivhaus para la reforma o rehabilitación de edificios existentes). Como en el Passivhaus Institut no contemplan todavía la certificación de las reformas de pisos individuales, solo de edificios completos, tuve que hacer el proyecto de reforma de todo el edificio (de planta baja y cinco plantas altas) para poder certificar mi vivienda mediante el sistema Step by step, paso a paso.
Diseñé el interior de la vivienda adaptada a nuestras necesidades familiares, y una vez definida la nueva distribución, pude aplicar los principios Passivhaus:
Aislamiento térmico
Colocar un buen aislamiento térmico en la envolvente de la vivienda (suelo, techo y paredes), que la protege del frío, pero también del calor. Es el “abrigo” de la casa. En este caso, se colocó un trasdosado de la fachada por el interior con aislamiento térmico a base de lana de roca, de manera que hemos perdido unos 12 cm. de vivienda en todo el perímetro, en las paredes exteriores, pero hemos ganado a cambio el espacio de todos los radiadores que se han eliminado. En el suelo, sobre el forjado existente, se ha colocado 2,5 cm. de aislamiento con una lámina estanca y una capa de 5 cm. de hormigón autonivelante, para apoyar el nuevo pavimento de madera. En el techo, sobre el falso techo de yeso laminado, se han colocado 10 cm. de aislamiento. Con todo este aislamiento térmico por el interior, he eliminado los puentes térmicos, de manera que no existen puntos fríos en la fachada ni en los techos, por lo que no se producen condensaciones ni mohos.
Estanqueidad del edificio
Para conseguir que no haya infiltraciones de aire, en el Passivhaus es muy importante la capa estanca, que en este caso es el yeso de paredes y techos, la lámina del suelo, así como los sellados de las ventanas y los pasos de instalaciones. El aire solo debe entrar y salir de forma controlada y no a través de las cajas de las persianas ni a través de los enchufes, ventanas o puertas. Para controlar que la estanqueidad se ha realizado correctamente durante la obra, se realizó el Test Blower Door, que consiste en una prueba de presión in situ, tanto en estado presurizado como despresurizado (a 50 Pascales) para determinar las infiltraciones y fugas de aire. Este test es requisito imprescindible para certificar la vivienda y muestra claramente si la obra ha sido correctamente realizada.
Ventilación mecánica
La vivienda está dotada de un sistema de ventilación mecánica de doble flujo con recuperador de calor, que es el pulmón de la casa pasiva. En este caso está colocado en el techo de uno de los cuartos de baño. Este sistema es el encargado de que la casa respire, introduciendo el aire fresco de la calle siempre renovado, limpio y filtrado, ya que elimina las impurezas, el polvo (además del polen y los mosquitos), y expulsando los malos olores y el aire viciado, que se extrae de los baños y cocina. En invierno, el sistema aprovecha el calor de este aire viciado que se extrae de la vivienda para precalentar el aire fresco que tomamos del exterior. Como no es necesario ventilar en invierno (porque se está ventilando continuamente sin parar, día y noche), no hay pérdidas energéticas que se ocasionarían al abrir las ventanas, como en una vivienda tradicional. Aunque por supuesto, las ventanas de una casa pasiva se pueden abrir como las de cualquier otra vivienda.
Ventanas de altas prestaciones
Hemos instalado unas ventanas de altas prestaciones, de madera de pino laminado, con triple acristalamiento, vidrios bajo emisivos, con control solar, y argón en las cámaras. En invierno, las ventanas son los radiadores de una Passivhaus. Es decir, el sol que entra en la vivienda a través de las ventanas proporciona calefacción gratuita en invierno, además de luz.
Control solar
Para mantener una temperatura por debajo de los 25ºC en verano y evitar el sobrecalentamiento en una casa tan bien aislada, hemos colocado a modo de protección solar unas persianas venecianas exteriores motorizadas orientables, de manera que entre la luz, pero no los infrarrojos del sol, que son los que calientan.
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Climatización eficiente
A pesar de ser una vivienda de muy bajo consumo energético, hay que poner siempre algún elemento para calefactar en invierno y en climas cálidos, para refrescar en verano. Los sistemas óptimos para calefactar o refrescar pueden ser a base de aerotermia, que consumen poca energía y puede llegar a ser cubierta por el autoconsumo a base de paneles solares fotovoltaicos. En nuestra vivienda, al tener una instalación centralizada de calefacción, se eliminaron 9 de los 11 radiadores que existían previamente, dejando solamente dos radiadores toalleros en los dos cuartos de baño. Con estos dos elementos, la temperatura no baja de 21,5ºC en invierno, gracias a la inversión previa en el sistema constructivo.
Los edificios pasivos consiguen que la calefacción les salga casi gratis en invierno, aprovechando la energía del sol para calentarse, con lo que logran un confort altísimo junto con un importante ahorro en la factura energética. En un principio, el Passivhaus se creó para climas fríos, como el norte de Europa, pero ante la demanda actual de reducción del consumo energético, el estándar se está adaptando al resto de climas mundiales.
Las ventajas de una reforma Passivhaus
Resumiendo lo anterior, las ventajas de la construcción basándose en el Passivhaus son varias:
- Ahorro energético de entre el 70% y el 85% respecto a un edificio tradicional, que se traduce en un ahorro económico.
- Confort máximo, ya que se consigue una vivienda con una temperatura estable, sin saltos térmicos día/noche.
- Calidad del aire excelente, ya que continuamente se renueva el aire interior y el aire nuevo entra filtrado, sin polen ni contaminación.
- Reducción del ruido en el interior, como ventaja adicional del aislamiento.
Después del análisis minucioso del proyecto por parte del Passivhaus Institut y con un control muy estricto de la obra, conseguí certificar EnerPHit la vivienda, nuestro piso. Es el primer piso certificado Passivhaus en España.
El coste de una obra Passivhaus
Dadas las ventajas que objetivamente tiene el estándar Passivhaus, la primera pregunta que nos hacemos sería: ¿Cuánto cuesta construir una Passivhaus? Si lo comparamos con una construcción o reforma integral tradicional, el coste se incrementaría alrededor del 10%. Con el ahorro de energía, este sobrecoste se amortiza en menos de diez años, aportando además un confort muy superior. Sin duda, la inversión merece la pena.
Si hacemos un cálculo rápido, en una vivienda Passivhaus la demanda de energía de calefacción o refrigeración es menor de 15 kWh por metro cuadrado de espacio habitable por año. Es decir, un piso Passivhaus de 100 m² tendría un consumo de 1.500 kWh al año.
Si suponemos un coste de 0,25 € el kWh, el gasto anual de calefacción y refrigeración de la vivienda sería de 375 € al año, independiente de dónde esté situada. Si comparamos este gasto con la factura de la mayoría de las viviendas sin aislamiento que tenemos, en las que muchas gastan esa cantidad al mes, el ahorro es considerable.
Por todo lo anterior, la reforma de edificios, pisos y viviendas individuales aplicando las medidas de las casas pasivas es posible, merece la pena y funciona. Esto no es el futuro, ya es el presente.
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