Sin embargo, en estos momentos de incertidumbre de miedo al futuro y de promesas pendientes de materialización, hay algunas cosas que están claras: los españoles somos tan ejemplares, tan capaces de reaccionar, tan imaginativos, tan trabajadores, tan bien o tan mal gobernados, como los habitantes de cualquier país. Tenemos además dos características, que esta vez si son únicas: somos quijotes y lazarillos a partes iguales, y probablemente estos es lo que nos hace diferentes. Cabe preguntarse si esta diferencia nos beneficia o por el contrario nos hace estar a la colar de Europa en disciplinas en las que por aptitud deberíamos sobresalir.

Es necesario reconvertirnos y demostrarnos, aunque sea a nosotros mismos, que, entre otras cosas, somos buenos empresarios, compramos vendemos comercializamos y sobre todo gestionamos y obsérvese que el tiempo utilizado es el presente. El tamaño de nuestras empresas nos hace vulnerables, pero si las gestionamos bien, saldrán adelante con las alianzas necesarias unida a la innovación y a la imaginación que nos sitúe en un nuevo contexto

Tenemos el tiempo y el silencio para reflexionar sobre las acciones que estamos acometiendo y fijarnos el objetivo de ser empresarios que gestionan, si trampas ni picaresca, con transparencia y competitividad.

AMASCAL estará a vuestro lado para lograrlo.

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